El estanque y el cangrejo: la purificación de las aguas.
Una vez visto el simbolismo metafísico del lago o estanque como tal, que supone una imagen sintética del universo mismo -el macrocosmos- y del hombre -el microcosmos- conviene ponerlo en relación con algunos otros símbolos que suelen asociarse a él como el de la flor de loto, el del pez o muy particularmente, el del cangrejo. Acerca de este último en parte nos ocupamos ya de él cuando tratamos del signo de Cáncer -ver aquí-, pero creemos que ciertos aspectos de su simbolismo pueden resultar particularmente esclarecedores cuando se ponen en relación con el tema de las 'aguas contenidas' o 'estancadas'.
Como dijimos en aquella ocasión el cangrejo es un ser que vive en las profundidades, en el lecho marino o en el fondo del lago, estanque o pantano, donde se alimenta de los restos orgánicos que caen desde la superficie. Este carácter saprofito y carroñero nos da una pista clave para entender su función simbólica. En el estanque, como en cualquier otro ecosistema natural los organismos descomponedores y carroñeros cumplen un papel fundamental a la hora de mantener el equilibrio bioquímico de dicho ecosistema cerrando el ciclo, o, dicho de otro modo, limpiando los restos del ciclo anterior y posibilitando el comienzo de un nuevo ciclo de existencia y manifestación. Esta es la función que representa el cangrejo.
El cangrejo, al alimentarse de los deshechos que proceden de arriba, de la superficie del estanque -que como ya vimos representa la 'manifestación formal'- evita la formación de nuevos sámskaras -nuevas huellas- en el fondo del estanque, a la par que purga y elimina los antiguos gérmenes. Por tanto estamos ante una metáfora que se refiere a la limpieza del alma y del 'cuerpo causal'. Sin su labor el agua del estanque se enturbiaría y pudriría rápidamente, de modo que es gracias a esta labor digestiva que el agua -el alma- se mantiene limpia y transparente. No es por tanto la figura del cangrejo negativa como a veces se supone, sino muy positiva, pues simboliza la eliminación de los gérmenes, los samskaras, que yacen en el fondo de la personalidad y la condicionan.
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El cangrejo y la 'caballería espiritual'.
Por otra parte, y por muy sorprendente que pudiera parecer, el cangrejo debe ser puesto en relación con el ideal de la caballería medieval. Aparte de las similitudes exteriores relativas al aspecto de ambos, pues los dos protegen su debilidad interior con una armadura exterior, hay razones más profundas para dicha analogía.
En un sentido exotérico y literalista la caballería tenía la misión de limpiar y purificar el 'cuerpo social' del mismo modo que el cangrejo purifica el agua de su charca a fin de evitar que se pudra. Sin los caballeros que representaban la segunda casta, el 'cuerpo social' corría el riesgo de enturbiarse y enfermar. En palabras de Johann Huizinga, la misión de la segunda casta era:
Pero además, en un sentido esotérico y místico más profundo, al que se refería precisamente la 'caballería espiritual', el caballero era aquel que llevaba la lucha contra las potencias maléficas a su dimensión interior con el fin de limpiar y purificar su alma [2] y, por medio de esta purificación o purgación, hacerla digna para una nueva Vida.
En un sentido exotérico y literalista la caballería tenía la misión de limpiar y purificar el 'cuerpo social' del mismo modo que el cangrejo purifica el agua de su charca a fin de evitar que se pudra. Sin los caballeros que representaban la segunda casta, el 'cuerpo social' corría el riesgo de enturbiarse y enfermar. En palabras de Johann Huizinga, la misión de la segunda casta era:
"proteger y purificar el mundo mediante el cumplimiento del ideal caballeresco" [1]
Pero además, en un sentido esotérico y místico más profundo, al que se refería precisamente la 'caballería espiritual', el caballero era aquel que llevaba la lucha contra las potencias maléficas a su dimensión interior con el fin de limpiar y purificar su alma [2] y, por medio de esta purificación o purgación, hacerla digna para una nueva Vida.
El cangrejo, el escarabajo egipcio (Jepri) y el caballero medieval -todos ellos personajes 'acorazados'- son símbolos análogos de la vía purgativa y del 'descenso a los infiernos' de la vía heroica, un viaje a las profundidades del alma humana con objeto de lograr su total purificación.
Un viaje que no debe emprenderse sin contar con la protección adecuada -la 'armadura de Dios'
que cita san Pablo en su Epístola a los Efesios- .
La purificación de las aguas y la 'vía purgativa'.
Esta limpieza o purificación que debe alcanzar hasta las honduras del alma es en efecto la 'vía purgativa' de los místicos cristianos y guarda estrecha relación con la 'Noche oscura' de san Juan de la Cruz. Para acometer esta purgación es necesario ante todo pureza de intención y una firme voluntad por parte del caballero.
Por lo demás todo lo concerniente a la caballería medieval posee connotaciones simbólicas evidentes, así por ejemplo la denominación misma de 'caballero' que contiene en sí otro significado referente al alma humana, pues el control del jinete sobre el caballo representa el dominio del 'hombre espiritual' sobre el cuerpo material y los impulsos del alma inferior o pasional.
De este modo el cangrejo que elimina los restos de cadáveres e impurezas y purifica el fondo de su estanque es un símbolo análogo al más conocido del caballero que lucha contra el dragón. El dragón -o la serpiente en otras tradiciones simbólicas- representa esa misma amenaza disolvente y destructiva que procede de las profundidades de la personalidad, que yace agazapada y oculta en lo más profundo del ser interior. Dominada dicha fuerza proporciona fuerza y discernimiento -la capacidad de entender la 'lengua de los pájaros' en el mito germánico-, pero descontrolado y convertido en 'subconsciente' es una terrible amenaza para el equilibrio psíquico -es decir, del alma-.
El rescate de Angélica, ilustración de Gustav Doré para el poema épico Orlando Furioso.
La escena del caballero venciendo a la bestia o dragón es muy conocida en el arte occidental, quizá su variante más popular sea la leyenda de san Jorge.
Dejamos para otra ocasión los otros dos símbolos que hemos aludido y que, como este del cangrejo, son inseparables del simbolismo de las 'aguas contenidas': el de la flor de loto y el del pez. En todo caso consideramos que con lo que hemos dicho hasta aquí su significado puede entreverse de forma clara.
[1] J. Huizinga, El otoño de la edad media, pág. 91.
[2] Aquí encontramos explícitamente la relación agua-alma, el agua del estanque se corresponde -como apuntábamos en la primera parte de este artículo- con el alma del hombre.
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